El cubo de Rubik entra en el siglo XXI: de pegatinas a pantallas táctiles y más de cien juegos

Desde su invención en 1974 por el arquitecto húngaro Ernő Rubik, el cubo de Rubik ha trascendido la categoría de mero juguete para convertirse en un fenómeno cultural, un símbolo de ingenio y un desafío universal. Su aparente simplicidad, un cubo de 3x3x3 caras con seis colores, esconde una complejidad matemática asombrosa, con más de 43 trillones de combinaciones posibles. Generaciones enteras han lidiado con sus pegatinas de colores, buscando la anhelada configuración de un solo color por cara. Sin embargo, el tiempo no perdona, y el siglo XXI ha traído consigo una revolución tecnológica que no ha pasado por alto ni siquiera a este venerable rompecabezas. Lo que antes eran pegatinas estáticas, hoy son pantallas dinámicas; donde antes solo había un juego, ahora hay más de cien. ¿Estamos presenciando la evolución definitiva de un clásico o una reinterpretación que diluye su esencia original? Permítanme explorar esta fascinante metamorfosis.