La marca blanca: de segunda opción a prioridad en los hogares españoles

Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que la expresión "marca blanca" evocaba, para muchos, una imagen de austeridad, de calidad comprometida en aras de un precio más asequible. Era la elección por defecto cuando el presupuesto apretaba, o la opción relegada para aquellos productos de menor importancia en la cesta de la compra. Sin embargo, si echamos un vistazo a los lineales de cualquier supermercado español hoy, y más aún, si consultamos los datos de consumo, nos encontramos con una realidad transformadora: la marca de distribuidor, antes percibida como la hermana pobre de las grandes marcas de fabricante, se ha erigido en la auténtica protagonista, la prioridad número uno para la inmensa mayoría de los consumidores. Un informe reciente de El Economista subraya esta consolidación, mostrando cómo la marca blanca ya es la opción preferida de los españoles. Este cambio radical no es una simple anécdota, sino un profundo reflejo de la evolución económica, social y cultural de nuestro país, y un testimonio de la capacidad de adaptación tanto de los distribuidores como de los propios consumidores.