Ni el paro ni la automatización: los expertos advierten del mayor riesgo de la IA, y tiene que ver con la bioseguridad

Desde que la inteligencia artificial irrumpió en la conciencia pública con una fuerza inusitada, el debate se ha centrado mayormente en dos frentes: el desplazamiento masivo de empleos y el temor a una hipotética rebelión de máquinas autónomas. Los titulares nos bombardean con predicciones apocalípticas sobre profesiones que desaparecerán o sobre robots que tomarán el control. Sin embargo, un coro creciente de voces expertas, provenientes de campos tan diversos como la biología sintética, la ciberseguridad y la ética tecnológica, está redirigiendo nuestra atención hacia un peligro mucho más inmediato y existencial: la bioseguridad. Este riesgo, a menudo relegado a las sombras de la discusión pública, se perfila como la amenaza más crítica que la IA podría amplificar en el corto y medio plazo, eclipsando incluso las preocupaciones económicas que hoy acaparan la mayor parte del diálogo.