El Fujian, el portaaviones eléctrico más grande del mundo con catapulta electromagnética, ya patrulla los mares
En un movimiento que redefine el panorama de la estrategia naval global, la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN) ha puesto en servicio activo su más reciente y formidable buque insignia: el portaaviones Tipo 003, bautizado como Fujian. Este coloso de los mares, cuya construcción ha sido seguida de cerca por analistas militares y potencias rivales, no es un portaaviones cualquiera. Representa un salto monumental en la capacidad tecnológica y de proyección de poder de China, integrando por primera vez fuera de Estados Unidos dos de las innovaciones más avanzadas en la ingeniería naval contemporánea: un sistema de propulsión eléctrica integrada y, lo que es aún más sorprendente, un sistema de catapulta electromagnética de aeronaves (EMALS). Su confirmada presencia en patrulla no es solo una declaración de intenciones, sino una manifestación tangible de la ambición china por consolidarse como una potencia marítima de primer orden, capaz de operar globalmente y de desafiar hegemonías establecidas. Asistimos, sin duda, a un momento histórico en la carrera armamentística naval, con implicaciones que resonarán en la geopolítica del siglo XXI. La entrada en servicio del Fujian es un testimonio de la dedicación inquebrantable de China a la modernización de su flota, y es, a mi parecer, una señal ineludible de que el equilibrio de poder en los océanos está en constante evolución, con nuevos actores emergiendo con capacidades que hace apenas unas décadas parecían inalcanzables para muchos.