La nueva idea disparatada de Elon Musk: un robot Optimus para cada preso y evitar que reincidan

Elon Musk, el visionario (o, según algunos, el excéntrico) detrás de empresas como Tesla y SpaceX, tiene una habilidad innata para captar la atención mundial con propuestas que oscilan entre lo revolucionario y lo francamente descabellado. Desde la colonización de Marte hasta la interfaz cerebro-computadora de Neuralink, sus ideas suelen desafiar los límites de lo que consideramos posible. Sin embargo, su más reciente elucubración, la de proporcionar un robot Optimus a cada preso con el objetivo de prevenir la reincidencia, ha elevado el listón de la discusión a un nivel completamente nuevo, fusionando la robótica avanzada con uno de los desafíos sociales más complejos: la rehabilitación penitenciaria. A primera vista, la idea suena a ciencia ficción distópica, casi a una parodia. Pero, ¿esconde esta aparente locura alguna semilla de ingenio, o es simplemente otra de las extravagancias de un magnate que disfruta viendo cómo el mundo reacciona a sus pensamientos más audaces? En este artículo, desgranaremos la propuesta, analizando su viabilidad técnica, sus implicaciones éticas y sociales, y si realmente puede ofrecer una solución a un problema tan arraigado.