La irrupción de ChatGPT en el panorama digital generó una ola de entusiasmo y, a la vez, una serie de expectativas que, con el tiempo, se han ido matizan
El panorama de la inteligencia artificial continúa evolucionando a un ritmo vertiginoso, con innovaciones que redefinen constantemente los límites de lo
El año 2026 se perfila como un punto de inflexión significativo en el panorama regulatorio para las empresas que operan en España y en toda Europa. La vo
En un ecosistema tecnológico que con frecuencia glorifica el progreso incesante y las visiones utópicas, la voz de Karen Hao emerge como un contrapunto e
La cuestión de qué empresas realizan una mayor aportación socioeconómica al Producto Interior Bruto (PIB) español es mucho más compleja de lo que parece
Imaginemos por un momento la magnitud de esta cifra: un empleado con un sueldo medio en una de las grandes empresas de nuestro país, una entidad que form
La promesa de la conectividad fluida ha sido, durante años, una piedra angular de la experiencia de usuario de Apple. Desde que el Apple Watch hizo su debut, la sinergia con el iPhone ha sido un pilar fundamental, permitiendo una interacción casi mágica entre ambos dispositivos. Esta conexión se manifestaba en muchos aspectos, y uno de los más convenientes era la gestión de las redes Wi-Fi: si tu iPhone conocía una red, tu Apple Watch la conocía también, garantizando una transición sin interrupciones y una independencia parcial para el reloj cuando no estaba cerca de su compañero telefónico. Sin embargo, con el lanzamiento de iOS 26.2 y watchOS 26.2, Apple ha introducido un cambio significativo que altera esta dinámica, marcando un punto de inflexión en cómo estos dispositivos gestionan su conectividad de red. Esta modificación, aunque sutil para el usuario casual, tiene implicaciones profundas en la seguridad, la privacidad y, en última instancia, en la autonomía de cada dispositivo dentro del ecosistema.
En la vertiginosa carrera armamentística de la ciberseguridad, una nueva amenaza ha emergido de las sombras digitales, redefiniendo el ingenio con el que
La esencia de la demanda interpuesta por Ucrania, a través de su Fondo de Propiedad Estatal (SPF), radica en la acusación de que chips fabricados por Intel y AMD han sido detectados en drones y armamento ruso utilizado en la invasión. Esta no es una afirmación trivial; los drones, desde los modelos de reconocimiento hasta los letales drones suicidas, se han convertido en una pieza central de la estrategia militar rusa, permitiendo ataques de precisión, vigilancia y una capacidad destructiva sin precedentes en este conflicto. La ausencia de estos componentes microelectrónicos modernos, según la postura ucraniana, paralizaría significativamente la capacidad de Rusia para fabricar y operar estos sistemas armados.
El mundo de la tecnología rara vez se detiene, y mucho menos después de un evento tan masivo como el Black Friday. Justo cuando pensábamos que las oferta