El Black Friday y la sofisticación del fraude: Una advertencia de Miguel López

El Black Friday, con su promesa de ofertas irresistibles y el frenesí consumista que desata, se ha consolidado como uno de los eventos comerciales más importantes del año. Millones de transacciones se realizan en cuestión de horas, generando volúmenes de negocio sin precedentes para las empresas, especialmente en el sector del comercio electrónico. Sin embargo, detrás de este aparente paraíso de oportunidades, se esconde una sombra cada vez más alargada y peligrosa: la del fraude sofisticado. Miguel López, una voz autorizada en el ámbito de la ciberseguridad, ha lanzado una advertencia contundente que resuena con particular fuerza en este contexto: "En Black Friday, las empresas enfrentan fraudes sofisticados que aprovechan la inteligencia artificial y los deepfakes". Esta afirmación no es una mera exageración; es un llamado urgente a la acción y a la reflexión sobre cómo la tecnología, antaño herramienta de progreso, se ha transformado también en un arma poderosa en manos de los ciberdelincuentes. La era de los ataques masivos y burdos está cediendo terreno a una nueva generación de engaños, personalizados, convincentes y extraordinariamente difíciles de detectar, poniendo a prueba la resiliencia y la preparación de cualquier entidad que opere en el entorno digital.

El objetivo europeo de apps más baratas en iPhone: una quimera en el pulso con Apple

Desde hace años, la Unión Europea ha estado en una cruzada por desmantelar lo que percibe como barreras monopolísticas en el ecosistema digital. Uno de sus principales frentes ha sido Apple, y específicamente, el control férreo que ejerce sobre su App Store. La premisa era sencilla y atractiva para el consumidor: forzar a Apple a abrir su plataforma significaría más competencia, más opciones para los desarrolladores y, en última instancia, aplicaciones más baratas y accesibles para los usuarios de iPhone en Europa. Este objetivo, consagrado en la ambiciosa Ley de Mercados Digitales (DMA), parecía una victoria garantizada para la autonomía del usuario y la libre competencia. Sin embargo, cuando Apple finalmente desveló su plan de cumplimiento, el discurso de la "liberación" y el "ahorro" se desmoronó, revelando una realidad mucho más compleja y, para muchos, decepcionante.