Las Ray-Ban Meta se hacen multimodales y confirman que están siguiendo el camino inverso de las Vision Pro: de menos a más

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

Las Ray-Ban Meta se hacen multimodales y confirman que están siguiendo el camino inverso de las Vision Pro: de menos a más

Hace unos días pudimos probar las Ray-Ban Meta, las gafas conectadas fruto del acuerdo entre ambos fabricantes, y constatamos que no solo son una mejora importante respecto a sus antecesoras, las Stories, sino que son un producto muy convincente, o al menos un concepto atractivo al dibujar un futuro en el que llevar gafas conectadas ya no suena a exceso.

Esas gafas, que llevan unos meses en el mercado, se han actualizado para hacerse mucho más capaces gracias a su asistente integrado, Meta AI, que llega a ellas de forma multimodal. Es decir, puede combinar capacidades acústicas, de procesamiento de texto y de reconocimiento de imágenes.

Y de paso, consolidan la teoría del camino que Meta está siguiendo con ellas.

Enfoque de máximos, enfoque de mínimos

Esta actualización permite sacar mucho más partido a estas gafas, sobre todo en Estados Unidos, ya que fuera de allí el asistente está muy limitado. El asistente ahora, según cuenta The Verge, permite hacer cosas como, simplemente tras decir 'Hey, Meta', pedir "dimé qué planta es esta"

La cámara se encarga de enviar la imagen a Meta AI, que es quien la reconoce y nos devuelve la respuesta directamente a nuestro oído.

Lo mismo con algo como "¿qué pone en ese cartel?" si está escrito en un idioma que no entendemos para que nos lo traduzca de viva voz, o "dime qué es este monumento y háblame sobre él". Y todo integrado en unas gafas que se distinguen muy poco de unas gafas cualquiera, y encima en un aspecto tan reconocible como el de unas Wayfarer clásicas.

Meta tiene dos productos físicos que definen bien sus ambiciones. El Meta Quest 3 para la realidad virtual y aumentada, las Ray-Ban Meta como wearable basado en IA y una realidad aumentada que interactúa mediante voz. Viven y crecen en paralelo.

Meta 1 Imagen: Xataka, Meta

La evolución esperable es que las Ray-Ban Meta vayan ganando capacidades, sensores y miniaturización como para ir acercándose poco a poco a las Meta Quest 3.

Nunca serán lo mismo porque no deben serlo, en unas gafas tradicionales las fugas de luz impiden crear entornos inmersivos satisfactorios, y eso si es que se consigue. Pero sí es viable pensar que en algún punto muchas de las capacidades actuales de las Quest serán replicadas por las Ray-Ban.

Es un aprendizaje continuo entre ambas: las Ray-Ban ganan capacidades de las Quest, las Quest van miniaturizándose hasta acercarse a la naturalidad de las Ray-Ban.

Meta 2 Imagen: Xataka, Meta

Y ahora, la comparación con la propuesta de Apple. Las Vision Pro son el ejemplo de lo mejor que ha podido crear Apple en torno a la realidad aumentada (y también virtual, aunque no sea lo que la empresa busca promocionar). Son un despliegue brutal de recursos y desarrollos técnicos que suben la factura hasta los 4.000 dólares.

En otras palabras, las Vision Pro son un enfoque de máximos que ir naturalizando a medida que la miniaturización lo permita, mientras que las Ray-Ban Meta son un enfoque de mínimos sobre el que ir añadiendo mejoras a medida que la tecnología lo permita sin desvirtuar su imagen natural.

Ahora queda esperar a que el paso del tiempo y el desarrollo tecnológico consigan hacer este dispositivo algo más pequeño, menos intrusivo y menos aparatoso. Pero no hay un producto que viva en paralelo haciendo el camino inverso.

Meta 3 Imagen: Xataka

En algún momento las Vision Pro se irán pareciendo a algo como unas gafas de esquí, o de corredor, muy anchas y con un solo panel que abarque todo el campo de visión, y sean mucho más naturales de lo que son ahora.

Mientras tanto, las Ray-Ban Meta son capaces de mucho menos, pero lo que hace lo consigue hacer muy bien, y tiene mucho terreno por delante para aprovechar desarrollos tecnológicos (paneles, circuitería, batería, eficiencia energética, miniaturización de procesadores) hasta conseguir integrar mucho más en un factor de forma similar al actual.

Las Vision Pro se llevan la atención actual, pero las Ray-Ban Meta, y más ahora que son multimodales, cuestan diez veces menos y se acercan a lo que podemos hacer con ellas en el día a día mientras no perdemos la conexión con el mundo real a nuestro alrededor.

En Xataka | LLaMA 3: qué es y qué novedades tiene la nueva versión de la IA que se integrará en Facebook, Instagram y WhatsApp con Meta AI

Imagen destacada | Xataka

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"Hay un 60% de posibilidades de que viaje a la Luna": hablamos con Pablo Álvarez, el primer astronauta español desde Pedro Duque

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

Me pasaron varias cosas memorables intentando entrevistar a Pablo Álvarez, el primer astronauta español desde Pedro Duque. La primera fue que rellené mal el formulario de la Agencia Espacial Europea (ESA) y solicité una entrevista para el 22 de marzo, una fecha del pasado, en lugar del 22 de abril, el día de su graduación. Incapaz de completar con éxito la prueba cognitiva de saber en qué día vivo, pensé que había perdido mi oportunidad cuando Pablo me escribió.

Recién llegado de su primer vuelo parabólico, a tres días de graduarse como astronauta, Pablo Álvarez me preguntó si hacíamos la entrevista al final. Le expliqué la situación. "No te preocupes", dijo. Y a los cinco minutos recibí una confirmación de la ESA.

Lo segundo que me voló la cabeza fue el hecho de que Pablo me conociera. Es un friki del espacio y la tecnología, quizá el mayor friki de su promoción. Lee nuestros artículos de Xataka (me recriminó entre risas haberlo mencionado en octubre de 2023 en un post sobre practicar sexo en el espacio), y también escucha mi pequeño pódcast de exploración espacial y otro que hago sobre inteligencia artificial.

Hablamos por videollamada durante una hora, probablemente más de lo que su agenda permite, y solo me sacó momentáneamente de la conversación el hecho de que mis vecinos empezaran a discutir a grito pelado junto a mi ventana porque uno había cerrado la llave general del agua para solucionar una avería en su casa.

Los gritos empezaron a filtrarse por el micrófono mientras el astronauta contestaba a mis preguntas y, aunque me puse rojo de la vergüenza, pensé que esto era un síntoma de que España volvía a tener un astronauta. Quizá el primero en la historia que vaya a la Luna.

De Pablo el friki del espacio a Pablo el astronauta

El astronauta Pablo Álvarez durante una entrevista Pablo me enseña un "helado caliente" para astronautas

Pablo, está demostrado que eres una de las personas más preparadas de España. La ESA ha certificado que tienes la capacidad de tomar decisiones con seguridad y precisión, aunque sean urgentes y estés bajo mucho presión. Tienes en tus manos cerrar el debate para siempre. La tortilla de patatas, ¿con cebolla o sin cebolla?

Con cebolla.

Y la primera que va a salir al espacio como representación del planeta va a ser con cebolla, seguro.

Le conté a un amigo de León que te iba a entrevistar y me dijo: "pregúntale si tiene familia en la Omaña y si conoce a tal...". No te voy a hacer esa pregunta, pero ¿crees que una nueva generación de españoles se va a sentir más cerca del espacio gracias a ti, como te pasó a ti con Pedro Duque? ¿Qué te gustaría inspirar en ellos?

Espero que sí, que esto sirva para inspirar a mucha gente, y además también está Sara como reservista, que es un ejemplo perfecto para tantas personas. Somos un chico y una chica, ella es científica, yo soy ingeniero, lo que da a entender que se puede llegar a ser astronauta desde muchas carreras distintas. Espero, primero, que no pasen 30 años hasta la próxima selección de un nuevo astronauta o una nueva astronauta española. Y que sirvamos de inspiración por lo menos para que se apunte y crea en ese sueño y esa motivación.

¿Es un problema estar a la altura de la imagen que tenemos de los astronautas? Has conocido a muchos astronautas en este proceso, ¿alguno te ha advertido de que este "poder" nuevo que tienes te puede acabar pasando factura en lo personal?

Sí. De hecho, es de las primeras cosas que te advierten. En el proceso de selección estoy convencido de que hubo preguntas que iban enfocadas a intentar encontrar una persona que pudiera aguantar esta presión y no cambiara por lo que pudiera vivir como astronauta. Para mí, uno de los mayores miedos es que todo esto me lleve a cambiar como persona, pero desde el día que me anunciaron como astronauta sigo siendo el mismo. Todo el mundo te pone la capa de superhéroe de repente y parece que eres capaz de cualquier cosa, y no es así, muchas veces me equivoco y comento errores. Al final nos han elegido no por ser genios ni por ser muy buenos en alguna cosa en concreto: en todas las pruebas teníamos que estar por encima de la media, en todo, pero con rozar el listón ya valía.

¿Recuerdas algún profesor que te marcara de joven y que ahora, mirando atrás, sepas que es parte de lo que te ha traído hasta aquí?

Recuerdo a muchos profesores que tenían pasión por enseñar, que de verdad se preocupaban y se desvivían por enseñar. Me acuerdo de un profesor de lengua buenísimo que tuve. He tenido uno de biología, Antonio, buenísimo también. Y me acuerdo de mi profesora de tercero de primaria, mira que era pequeñito, pero tenía mucha confianza en mí, te daba pie a equivocarte, a aprender, a experimentar, y sí que lo recuerdo con mucho cariño.

¿Y unos dibujos animados?

He sido un poco friki. He crecido con Star Wars, he crecido con mis Lego espaciales, que es un hobby que además se puede seguir haciendo de adulto, como seguro que muchos estamos haciendo.

¿Crees que ser un friki del espacio te ayudó en el proceso?

Yo creía que me había ayudado. Además, había trabajado también para la ESA en el ExoMass Rover desde Airbus. Pero luego me he dado cuenta de que, de los cinco que nos hemos graduado, yo era el único friki del espacio. Entonces me ayudó, pero tampoco era algo necesario.

A un proceso de astronautas se apuntan muchos frikis del espacio, muchísimos, y había una pregunta de la ESA al final del proceso que era: "¿qué cosas son más importantes para ti que ser astronauta?" Y como dijeras que nada era más importante para ti que ser astronauta, no eras el perfil que buscaban.

¿Qué contestaste?

Yo dije que mi familia, mis amigos y mi propia felicidad. Que si en los infinitos tests psicológicos que me habían hecho les salía que iba a ser un miserable, que me echaran, por favor.

Una casualidad llamada Sara García Alonso y un truco para memorizar 100 números

Pablo Álvarez junto a sus compañeros astronautas antes de un vuelo parabólico Pablo Álvarez junto a sus compañeros astronautas antes de un vuelo parabólico

¿Qué tiene la Universidad de León para que tanto Sara García Alonso como Pablo Álvarez Fernández salieran de allí? Dime el secreto y voy a la Universidad de Málaga y les digo: mira, me ha dicho Pablo que si queréis dos astronautas dentro de 20 años, tenéis que hacer esto.

Seguro que tiene que haber mimbres y que tienen que haber hecho las cosas bien. Tiene que haber un buen nivel para conseguir eso, pero no deja de ser una casualidad infinita que los dos seamos de allí, que hayamos estudiado en la misma universidad, que nuestros colegios estén a 10 metros de distancia el uno del otro. Desde mi valla yo veía la de su colegio y nos cruzaríamos mil veces. Es una casualidad infinita.

También el hecho de que los dos seamos de León y nos conociéramos durante el proceso de selección, bueno... Siempre intentamos echarnos una mano el uno al otro, y apoyarnos. Quizá le pude aportar a Sara esa parte espacial, ese conocimiento. Ella venía de un mundo totalmente distinto. Y ella a mí la parte científica y su forma de expresarse, que es buenísima.

Has contado que Sara y tú compartís muchas cosas por WhatsApp, como las propuestas locas que os llegan. ¿Algún ejemplo?

Me ha llegado desde participar en Masterchef, un anuncio de leche que le dijeron a mi madre a ver si quería hacerlo. Y yo, claro, como empleado de la ESA no puedo anunciar nada, menos cuando vaya a la Estación Espacial Internacional (ISS). Hay un código de conducta que no nos permite anunciar absolutamente nada.

¿Llevas tú tus redes sociales? ¿Tienes pensado hacer algo espacial cuando vayas al espacio?

Sí, estoy haciendo una lista de experimentos o cosas que me gustaría hacer en el espacio. Vídeos de cosas con la microgravedad, desde tener una bola de café flotando con su espuma hasta el efecto Dzhanibekov, cuando tiene algo con forma de T con el segundo eje de inercia muy distinto de los otros dos, que hace un movimiento supercurioso.

Las redes sociales las llevo yo, aunque no había tenido redes sociales jamás de los jamases y tampoco tenemos mucho tiempo, así que voy informando de lo que puedo, intentando no equivocarme mucho por el camino, que a veces me siento un poco torpe todavía.

**¿Sigues viendo películas del espacio? ¿Te emocionan más que antes, te dan más miedo las que tienen un factor de terror?

Hace poco empecé a ver Gravity y, con toda la basura espacial ahí al principio, la apagué. Dije: a ver, sí, puede haber un problema de una reacción en cadena que genere algo así, pero nunca va a ser como lo enseñan en la película. Me cabreé y la apagué. Y sí, de alguna forma me toca un poquito más la patata ver películas del espacio.

Hace poco fue Sara al podcast de Jordi Wild y gustó mucho porque entró en detalles sobre el proceso de selección. ¿Cuál es la primera prueba de aquel intenso proceso que se te pasa ahora por la cabeza?

Me acuerdo de una prueba de memoria que te sacaban cuatro números de dos cifras y al lado de cada número un dibujo de alguna cosa. Luego te mostraban dibujos anteriores que te habían mostrado y tenías que decir el número que estaba al lado de ese dibujo mientras te sacaban nuevos dibujos con nuevos números que luego te preguntaban.

Lo difícil era seguir memorizando cosas nuevas y, para eso, para prepararla, estuve mirando trucos de memorización, y asocié los 100 primeros números a personas o a cosas que me eran familiares. El 11 era mi padre, el 68 era mi jefe y el 90 era mi amigo Alberto. Entonces te montabas una historia. Si salía un balón al lado de mi padre, pues mi padre jugando al fútbol. O si salía un triángulo al lado de mi jefe, pues me imaginaba que eso era un sombrero.

Y cuando uno salía primero de este tipo de pruebas, ¿le soplaba al otro cuáles eran las pruebas, o no?

No porque firmábamos un NDA y no se podía no se podía decir nada. Igual dabas alguna pista: mírate esto, no te preocupes de esto otro. Pero esto fue la primera fase. La segunda eran entrevistas y un poco más personalizado, me gustaba más la parte psicológica.

Cómo son unas oposiciones de astronauta

El astronauta Pablo Álvarez durante una entrevista Pablo me enseña un cuadrante con todas sus asignaturas

¿Por qué se llama The Hoppers ("Los Saltarines") esta nueva generación de astronautas de la ESA?

Porque llevamos un año aquí en el Centro Europeo de Astronautas con un horario que no te puedes imaginar, con clases en un ala, luego en otra, yendo para la piscina, corriendo para el gimnasio. Entonces los que nos han visto pegando saltitos o 'hopping around' nos han llamado así.

Y luego porque mantenemos la esperanza de algún día pegar nuestros saltitos en la Luna también.

Te acabas de graduar como astronauta de carrera después de una formación de un año en Colonia. ¿Ha sido duro o lo has disfrutado?

Las dos cosas. Un sí muy grande a las dos cosas. Es duro. Mira, tengo aquí un diploma que nos dieron ayer. En la parte de atrás vienen todas las asignaturas que hemos tenido, todas las materias que hemos estudiado. Todo eso son materias (muestra un cuadrante interminable de cosas).

Ley espacial, ciencia de los materiales, astronomía, astrofísica, factores humanos, un curso de la ISS con todos los sistemas que te puedas imaginar, ciencias de la Tierra, ingeniería aeroespacial, seguridad en vuelos tripulados, nutrición. Hemos tenido psicología, medicina, educación también, para ver cómo hablar con los niños, entrenamiento de medios y de presentación. El entrenamiento de actividades extraveculares en la piscina. Y hemos tenido dos meses de ruso.

¿Os ponían notas? ¿Había alumnos aventajados?

Hay notas. No en todo, pero sí que hemos tenido algunos exámenes. Hemos tenido un examen final en el que entraba todo, como si estuviéramos en la universidad. También se evalúa el rendimiento de las actividades extravehiculares. Hemos entrenado también. Hemos hecho la primera fase del brazo robótico, del Canadarm de la ISS. Y sí que se te evalúa luego, pero si suspendes no te van a echar, te van a dar más clases para superarlo.

Estás aquí después de superar una criba de 22.500 personas, ¿en algún momento has sentido síndrome del impostor?

Enorme. Continuamente, Matías. Sí, sí, sí. Porque de verdad que yo siempre me he considerado una persona muy normal, no me considero un genio en absolutamente nada y de repente te ves aquí, llegas el primer día al trabajo y estás con Thomas Pesquet, con Alex Gerst y otros astronautas superexperimentados. O llegas a Houston y de repente estás cenando con la próxima tripulación de Artemis II. He conocido gente que ha hecho misiones del transbordador espacial para reparar el Hubble.

Thomas Pesquet, que es astronauta y fue al espacio, pero el otro día pilotaba el avión en el que hicisteis un vuelo parabólico.

Sí, sí. O hablas con Alex Gers. Cuando hicimos el entrenamiento de supervivencia en invierno íbamos con nuestra moto de nieve para subir, porque no podíamos subir de otra forma con todo el equipo, y le pregunté: bueno, pero tú esto lo has pilotado antes, ¿no? Y dice: yo he vivido dos años en la Antártida. He estado en cinco o seis misiones distintas.

En el entrenamiento de supervivencia nos quitaron los móviles desde el principio y cualquier GPS. Cualquier cosa que tuviéramos moderna, nos la quitaban. Y lo bueno cuando no tienes el móvil y estás con otra gente por la noche, pues hay que hablar, conocer a las personas. Fue muy bonito y volvimos mucho más unidos.

¿La asignatura más difícil?

Las actividades extravehiculares. En Europa no tenemos el traje que tiene en Estados Unidos, tenemos una especie de réplica que es igualmente incómoda, pero cuando te pones los guantes, el casco, la máscara, todas las herramientas que llevas por delante, el taladro que llevas aquí, la línea de seguridad que tienes que ir tirando... Te das cuenta de lo fácil que es enredarte, tienes que coordinarte con tu compañero para ver cómo te trasladas. Tienes tan poca visibilidad, tan poca movilidad y es tan cansado que es casi como si tuvieras el 50% del cerebro ocupado. Es muy muy difícil, mucho más difícil de lo que esperaba.

¿Puede hacerlo una persona con una condición física normal?

Te exigen un volumen de oxígeno mínimo, y cuando subes a la ISS eso baja. Antes de salir, te haces la prueba para ver que sigues estando por encima de ese nivel. No diría que cualquier persona pueda hacer una actividad extravehicular, pero cualquier persona sana, activa y en buen estado de forma sí. Diría que el 25% de la población podría hacerla, más o menos.

Sigo en el Crossfit entonces.

Sigue con el Crossfit porque el antebrazo, los dedos y las manos son importantes.

¿Y la centrifugadora te dio más o menos ganas de subirte a un cohete?

Me dio más ganas. Es una experiencia muy curiosa. Además, tú te montas, cierras y te hacen la cuenta atrás como si estuvieras en un cohete de verdad. Cuando eso se pone a funcionar, tú lo que notas es la potencia que tendría un cohete y te puedes imaginar a ti mismo saliendo hacia arriba. Estuvimos casi 15 minutos. Simulamos un lanzamiento estándar, una reentrada estándar. Tenías picos de aceleración cada vez que se desplegaba el paracaídas en la reentrada, aterrizabas, etc.

Nos hicieron la entrada balística más leve que podían hacer, que son 6G. En realidad, llegaremos a 8 o 9 y... te puedes imaginar. La próxima vez ya nos meterán un poquito más de aceleración. Te cuesta respirar porque aprieta mucho. Intentamos mover los brazos un poco también. En la Soyuz por ejemplo llevaban un palo para operar los botones.

Es como cuando Goku entrenaba subiendo los Gs, después se sentía superágil.

Lo curioso, esto no lo sabe mucha gente, es que cuando la centrifugadora frena, cuando desaceleras, eso es lo más complicado. Porque tu sistema vestibular, de estar dando vueltas, se vuelve completamente loco y te parece que se ha salido del eje y estás dando volteretas hacia adelante sin parar.

¿Parecido al vuelo parabólico o nada que ver?

No, no, el vuelo no, la sensación de mareo es completamente distinta. Además, cuando acabas la centrifugadora, está mal decirlo, pero es como si te hubieras pasado con las cerves y estuvieras subiendo unas escaleras. Es una sensación muy parecida. El vuelo parabólico es un mareo... de montarte en un barco.

Y ahora qué

El astronauta Pablo Álvarez durante una entrevista El astronauta Pablo Álvarez y su sonrisa perenne

¿Se da por hecho que vais a volar en una Crew Dragon de SpaceX a la ISS, o están abiertas todas las posibilidades? ¿Podéis llegar a ir a la Estación Espacial China, por ejemplo?

De momento, no hay colaboración con la Agencia Espacial China para vuelos tripulados. En el pasado hubo algún acercamiento y sí que algún compañero hizo algo. Hubo alguna delegación china aquí, algún compañero estuvo en China. Pero a día de hoy no hay nada de nada, y la Soyuz de momento está completamente descartada.   día de hoy lo que se está valorando desde Europa es la Crew Dragon o Starliner, a ver cómo le va ahora en mayo (se acerca el primer vuelo tripulado de la nave espacial de Boeing).

¿Qué opinas de los viajes de turismo espacial de millonarios a la Estación Espacial Internacional?

Lo bueno de todas estas empresas de nuevo espacio es que también producen oportunidades nuevas. Por ejemplo, Axiom, la primera vez que subió, aunque subió a gente con dinero, sí que tenía un programa científico detrás, se pueden mirar los experimentos que hicieron. Pero en Axiom 3 subió un compañero de promoción mío, Marcus Wandt, que es de Suecia, y tuvo una misión de dos semanas puramente científica.

Pudo subir porque solo se entrenó para hacer experimentos. No podía hacer ningún tipo de mantenimiento, ni actividades extraviculares, ni entrar en el segmento ruso si no iba escoltado por un cosmonauta. Las cosas que llevan más tiempo, digamos, que se sacan de esa formación. Yo creo que si el desarrollo tecnológico que aportan las empresas privadas se aprovecha y se utiliza bien, al final va a apoyar el desarrollo técnico-científico, que es lo que buscamos los astronautas profesionales.

¿Tú crees que te subirás antes a una Starship o a un Miura?

Creo que es más probable una Starship porque el Miura habría que certificarlo para vuelos tripulados y llevará unos años. Ojalá me equivoque. Sería genial subirse a un Miura. Vi en directo el lanzamiento del Miura 1. Muy emocionante. Conociendo la historia de PLD Space, de dónde venían, cómo habían empezado, es verlo volar y que todo saliera tan, tan bien. De alguna forma te estás jugando todo a que esos lanzamientos vayan bien. Sobre todo los primeros, con toda la expectación que se genera, toda la inversión que ha habido. Y no tienes muchas segundas oportunidades.

No sería lo mismo un fallo de un lanzamiento de desarrollo de SpaceX, que todo el mundo está esperando eso y sabes que hay más dinero detrás y al final es la forma de desarrollarlo a diferencia de la forma que tenemos en Europa de desarrollar estas cosas, que parece que si no funciona a la primera es un fracaso estrepitoso y no puedes hacerlo. Así que me alegré muchísimo de que fuera tan bien. Al final eso va a hacer que tengan financiación suficiente para seguir los próximos años.

Sabemos que hasta 2026, como mínimo, no vuelas. Aunque también sabemos que todos los astronautas de tu promoción volarán antes de 2030. ¿A qué te vas a dedicar mientras tanto?

Seguimos entrenándonos. Vamos a hacer entrenamiento en Houston, una parte específica de sistemas de la ISS. Cada sistema tiene tres niveles: puedes estar cerca o pasar a ese módulo, puedes hacer las tareas más complicadas, puedes repararlo. Entonces, siempre hay más cursos sobre esos sistemas para ser lo más avanzado posible.

Luego, la parte de actividades extravehiculares, de paseos espaciales, que también lleva mucho tiempo. Cada entrenamiento lleva semanas de preparación. Es una coreografía muy ensayada y tienes que saber qué hacer en cada momento. Además tengo que ir allí a que me prueben el traje. Hay tres tallas de traje para el torso, y todas las demás partes son acoples que se hacen casi a tu medida. Puedes necesitar dos o tres segmentos de brazo dependiendo de cuánto te midan los guantes, aunque si tienes la suerte de tener una mano del tamaño de un astronauta que ya ha tenido esos guantes antes que tú, pues te dan los guantes con el nombre del astronauta que sea.

Tengo que aprender a pilotar aviones, por esa experiencia más operativa. Y formarme para trabajar en control de misión. No para la formación y haré algo más de divulgación.

¿Qué es lo que más me apetece hacer en el espacio?

Salir a la cúpula, mirar abajo. Eso es lo primero. Pero una vez que esté ahí, dentro de la estación espacial, quiero salir fuera, quiero hacer una actividad extravehicular. Eso es la NBA de los astronautas.

Dijiste que no irías a Marte si fuera una misión sin billete de vuelta.

Tienes que tener retorno. Yo creo que un viaje no es un viaje si no vuelves a tu casa. Eso es otra cosa. Tienes que tener eso asegurado. Pero creo que a día de hoy, con todos los recursos que necesitaríamos para mantener una pequeña colonia en Marte, con la tecnología que tenemos hoy en día, con los 26 meses de espera entre ventanas de lanzamiento para cualquier imprevisto, todo el tiempo que tardarían en llegar allí los recursos, cualquier fallo... sería casi una misión suicida.

El español-estadounidense Michael López-Alegría se retiró como astronauta de la NASA, pero sigue volando a la ISS como comandante de las misiones de Axiom a sus 65 años. ¿A qué edad se jubila un astronauta? ¿Preocupan las secuelas físicas?

Tengo muchas ganas de conocerlo, pero este año ha estado muy liado con la misión Axiom 3, no coincidimos en Houston. Creo que el astronauta más anciano, si no cuentas vuelos suborbitales, fue John Glenn, que voló con Pedro Duque en el 98, creo que a los 77 años.

Hay muchas secuelas físicas que preocupan. En los primeros días de estar en la ISS, lo primero que tienes es que los líquidos, incluida la sangre, se te acumulan en la parte de arriba del cuerpo porque no tienes la gravedad empujándolos hacia abajo. Así que cuando me veáis en la estación espacial y penséis que estoy muy gordo, es solo que tengo mucho líquido en la cabeza en ese momento. Pero luego los barorreceptores que tenemos para regular el líquido en el cuerpo están en la parte de arriba. Entonces, lo que piensa tu cuerpo es que te sobra líquido por todos los sitios y se deshace de hasta un litro y medio de sangre en las primeras semanas. Luego, en tu espalda, los discos de las vértebras se dilatan por la falta de gravedad y crecemos de media entre 6-7 centímetros, pero ahí me han dicho los doctores que ha habido algún caso de crecer hasta 14 centímetros. Pero te cambia también la forma en la que circula la sangre. Al no tener gravedad es más probable que haya un coágulo en algún sitio y por eso se nos monitoriza tanto.

Los músculos y los huesos, que es lo que más conocemos, de no usarlos atrofian y es muy importante que hagamos ejercicio todos los días. Hasta dos horas de ejercicio al día. Pero imagínate una lesión que te impida hacer ejercicio: te deterioraría los músculos y los huesos tan rápido que 30 días sin ejercitarte en el espacio haría que una reentrada fuera superpeligrosa, que pudieras romperte huesos, que pudieras fracturarte costillas...  Para un viaje a Marte de 950 días, una misión de ida y vuelta, más toda la estancia... cualquier lesión es un riesgo muy, muy grande.

La pregunta clásica, pero me parece muy importante. Un chaval sueña con ser astronauta, ¿qué es lo que Pablo Álvarez le recomienda?

Cualquier carrera científica vale. Puede ser médico, ingeniero, biotecnólogo, químico... cualquiera vale. Y cada vez estamos yendo más lejos de ese perfil de astronauta clásico que solo eran pilotos, porque a medida que nos adentramos más en el espacio, necesitamos tripulaciones más variadas con habilidades distintas. Y por eso cada día va a ser más importante tener esa formación científica. Una formación científica o técnica te va a dar un trabajo en el que vas a aprender algo nuevo cada día, que vas a disfrutar. Puedes trabajar en misiones muy guays, como mi trabajo de antes en ExoMars Rover. Yo estaba súper emocionado y me apasionaba tener esa oportunidad.

Y luego les diría que si quieren ser astronautas, que lo intenten, que es el primer paso. Si no lo intentas, no lo vas a conseguir nunca, así que hay que intentarlo. Y luego es esfuerzo, paciencia, perseverancia, un poquito de suerte y ya estaría.

¿Cómo ves el sector en España?

En los últimos años ha habido una tendencia muy buena. Yo veo muchos brotes verdes en el sector espacial en España, casi se ha doblado la aportación de España a la Agencia Espacial Europea en las últimas dos ministeriales (consejos de la ESA) y eso tiene como resultado que desde España estemos haciendo el LSTM, el primer satélite Copernicus hecho en España, o ARRAKIHS, que es la primera misión científica que se lidera desde España. Bueno, tenemos el caso de PLD y los Miura y muchísimas otras startups que también hay por España, además de las grandes empresas de Thales o Airbus que estaban ahí. Yo creo que se está generando un momento muy bueno para el sector espacial en España.

¿Cuánto cobra un astronauta?

Pues somos un funcionario más de la Agencia Espacial Europea. Está muy bien, no tengo ninguna queja, se nos compensa muy bien, pero si me hubiera contratado la Agencia Espacial Europea como ingeniero, cobraría lo mismo. Está clasificado en el A2-A4. Y ya está, no hay nada más.

Hay un 99% de probabilidad de que vayas a la ISS. ¿Cuánta hay de que vayas a la Luna y a Marte?

Te lo voy a bajar al 95%, porque al final cualquier enfermedad, cualquier lesión, cualquier cosa que desarrolles que sea incompatible con el vuelo, y ninguno está libre de eso, aunque nos hayan hecho miles de pruebas, te deja fuera. O una mala caída con la bici en la que te rompas la pierna de una mala manera. Entonces tienes que ponerlo en el 95%.

Orbitar la Luna, vamos, yo con que tenga un 1% de posibilidades de orbitarla voy a estar aquí porque son muchísimas posibilidades, pero viendo cómo se está desarrollando todo y para lo que nos están entrenando: 60%. Pisarla, eso es otra historia. Pisarla es muy complicado a nivel técnico, es muy difícil, es lo que todos los países quieren, es lo más simbólico: poner un astronauta con los pies en la luna. Por tanto hay más competencia.  Pero no voy a perder la esperanza y además viendo Starship... si de verdad eres capaz de poner tanta carga en el espacio con la seguridad que requiere, vamos a poner un 15%.

A Marte, te voy a poner un 1%.

Da igual, a mí me has dejado muy ilusionado con ese 60%.

Imágenes | ESA, Xataka

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Los meteorólogos vuelven a avisarnos: la temporada de huracanes promete ser especialmente activa

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

Los meteorólogos vuelven a avisarnos: la temporada de huracanes promete ser especialmente activa

Aún falta más de un mes para que de comienzo la temporada de huracanes en el océano Atlántico. A pesar de ello las autoridades van preparándose para un año en el que la actividad meteorológica podría ser inusualmente alta.

Nombres para la temporada. La Oficina Meteorológica Mundial (OMM) ha publicado recientemente los nombres que recibirán los huracanes atlánticos este año. Se trata, en orden, de Alberto, Beryl, Chris, Debby, Ernesto, Francine, Gordon, Helene, Isaac, Joyce, Kirk, Leslie, Milton, Nadine, Oscar, Patty, Rafael, Sara, Tony, Valerie y William.

Las tormentas tropicales reciben nombres cuando son clasificadas como tales, es decir, cuando sus vientos rondan los 62 kilómetros por hora. Cuando estos se acercan a los 120 km/h, la tormenta pasa a ser clasificada como huracán. Como cada año, la temporada atlántica de huracanes comenzará el 1 de junio y se dará por concluida el 30 de noviembre.

Los meteorólogos han aprovechado este anuncio para advertir de nuevo sobre una temporada intensa en el Caribe. El motivo de esta preocupación está en las altas temperaturas que se están alcanzando en el océano Atlántico y que lo han convertido en una potencial fábrica de tormentas tropicales.

Algunas estimaciones. Hace unas semanas investigadores de la Universidad Estatal de Colorado realizaban algunas estimaciones sobre el número de tormentas tropicales nombradas y huracanes que podríamos ver este año. Calcularon que podrían darse unos 23 ciclones con nombre, de los cuales 11 podrían alcanzar la categoría de huracán y tres alcanzar especial relevancia (Categoría 3 o superior).

Confluencia térmica. La temperatura del agua en la superficie oceánica es uno de los principales factores en la aparición de huracanes. 2023 fue un año especialmente cálido en lo atmosférico y lo de batir récords de temperatura es algo que se ha ido extendiendo a lo largo de estos primeros meses de 2024. Esto

La tendencia global a largo plazo que estamos observando en las temperaturas puede ser uno de los factores que ha contribuido al estado de los océanos. Aún es poco lo que sabemos de la vinculación entre cambio climático y huracanes, pero existen indicios que apuntan a una relación positiva vinculada a este aumento de las temperaturas.

De El Niño a La Niña. La Oscilación del Sur de El Niño (ENSO) es el otro factor que hace sospechar a los meteorólogos de la intensidad de esta temporada estival de huracanes. Durante los últimos meses esta oscilación se ha manifestado en su fase de El Niño.

El Niño es una fase que contribuye al aumento en las temperaturas del océano Pacífico, lo que implica una mayor intensidad de los ciclones tropicales en ese océano. En el Atlántico es La Niña el punto de ENSO en el que pueden esperarse más huracanes y más intensos.

El problema está en que El Niño está en su fase de decadencia, se espera que a mediados de la temporada de huracanes La Niña haga acto de presencia. Esto implica que podemos esperar que la virulencia de los huracanes sea mayor hacia el final de la temporada.

Hasta 2030. Los nombres de los huracanes se repiten de forma (más o menos) cíclica. Los nombres de los huracanes que esta temporada no sean descartados volverán a utilizarse en el año 2030.

¿Qué hace que se descarte un nombre? La destrucción que cause. Aquellos huracanes particularmente letales. Un ejemplo es el nombre de Katrina, retirado en 2005 tras la inundación causada en Nueva Orleans. Ese mismo año se retiraron los nombres Dennis, Rita, Stan y Wilma. Más recientemente fueron Dorian (2019); Laura, Eta, y Iota (2020); Ida (2021); y Fiona e Ian (2022).

Si se cumplen los pronósticos, es posible que este año veamos retirados más nombres, aunque lo deseable sería que fuéramos capaces de repetir la lista tras concluir esta década.

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Imagen | Mapa histórico de incidencia de tormentas tropicales en el mes de agosto para el periodo 1944-2020. NOAA

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La historia de Moisés pero en Poniente: así era 10.000 Ships, un spin-off precuela de Juego de Tronos que tenía todos los ingredientes para ser una serie única

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

La historia de Moisés pero en Poniente: así era 10.000 Ships, un spin-off precuela de Juego de Tronos que tenía todos los ingredientes para ser una serie única

Aunque la serie original acabara hace varios años, el universo de Juego de Tronos sigue expandiéndose a pasos agigantados. Con la segunda temporada de La Casa del Dragón en camino y varias series derivadas en producción, HBO continuará explorando el mundo creado por George R. R. Martin. Sin embargo, no todas las ideas parecen estar alineadas con la visión de la compañía.

En una entrevista con el medio estadounidense Inverse, Brian Helgeland revela lo que iba a ser 10.000 Ships, un spin-off precuela de la serie original que iba a estar protagonizado por la princesa Nymeria y los Rhoynar, y que se inspiraba bastante en la historia del profeta Moisés.

"En esencia, era la historia de Moisés pero con Nymeria. Su país se arruinó y su pueblo se vió obligado a vivir en el agua, de ahí el nombre de 10.000 Ships, y al final tienen que marcharse y encontrar un nuevo hogar, como los israelitas al salir de Egipto. Nymeria los dirige y trata de mantenerlos unidos, pero las cosas siempre pueden desmoronarse mientras viajan por un ficticio mar Mediterráneo en busca de un lugar donde asentarse. Su vida era nómada, viviendo en una ciudad balsa que estaba unida, una gran ciudad flotante. Algunas veces desembarcaban, pero al final eran expulsados de ella mientras buscaban un hogar, su versión de la tierra prometida".

El guionista aseguraba que este proyecto pretendía mezclar las películas de Simbad de los 70 y 80 con La Odisea de Homero, pero en lugar de tener a 12 navegantes, la cifra ascendía a 10.000, convirtiendo así una flota de barcos en una ciudad flotante repleta de civiles que buscaban ganarse la vida como pudieran.

Por desgracia, parece que la idea no cautivó del todo a los ejecutivos de HBO, quienes decidieron desecharla completamente debido a que se alejaba demasiado de los pilares de la serie original. Así, 10.000 Ships se une a otras series derivadas fallidas que nunca verán la luz, como el spin-off de Jon Nieve o Bloodmoon, que se situaba casi al inicio de la historia de Poniente.

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"¿Hola, puedo hablar contigo?". Estos mensajes de WhatsApp empiezan a tenernos 'fritos', y encima son una estafa

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

"Hola, mi nombre es Rosa Caro Serrano, ¿puedo hablar contigo?". ¿Recordáis este timo de WhatsApp? Parece que fue ayer cuando la usuaria más viajera de WhatsApp se dedicaba a bombardearnos con 'grandes oportunidades para ganar mucho dinero' (estafas, en lenguaje llano), aunque en realidad hace ya... un mes de aquello. El tiempo vuela.

¿Cómo? ¿Que si nuestra amiga Rosa Caro se ha dado por vencida y se ha retirado del negocio de los timos vía WhatsApp? No, no lo parece: sólo se ha cansado de identificarse por su nombre. Ahora ya va directamente al quid de la cuestión, y sólo nos dice "Hola, ¿puedo hablar contigo?". De hecho, a algunos usuarios les tiene, a estas alturas, bastante 'fritos' ya.

Estafa mala nunca muere

Aparentemente, una vez que el nombre completo (usado para añadir realismo) empezó a conocerse, popularizarse y convertirse en señalizador de la estafa, perdió su utilidad... pero la estafa en sí sigue siendo la misma: quiere pagarnos por el mero hecho de que nos suscribamos a canales de YouTube, visualicemos sus vídeos y les demos like... todo eso a cambio de decenas/centenares de euros al día.

A cambio, sólo nos piden dos cosas:

  • Que al principio enviemos algunas capturas de pantalla de la tarea realizada, para demostrar que somos gente de fiar.
  • Que empecemos pagando nosotros "para recuperar más tarde nuestra inversión multiplicada", y así poder demostrar que ellos sí que no son de fiar.

En resumen, la típica 'estafa de tareas' con las que algunos usuarios han perdido ya decenas de miles de euros.

Si hace unas semanas eran numerosas las redes de estafadores que, por una u otra razón, estaban usando todas la misma 'plantilla' de conversación automatizada desde docenas de países de África y Asia, ahora parece que la mayoría de estos mensajes de WhatsApp ya sólo llegan desde números de teléfono con extensión nigeriana o indonesia.

Hola

Un recordatorio: suele ser buena idea no contestar a mensajes que cumplan con alguna de estas características:

  • Escriben desde países extranjeros en los que no conoces a nadie.
  • Te preguntan si pueden hablar contigo (o peor, se limitan a decir 'Hola') cuando podrían expresarte directamente lo que quieren antes de que contestes.
  • Si no has caído en la trampa, bloquea el número y olvídate del asunto. Si ya has invertido dinero, denuncia.

Imagen | Marcos Merino mediante IA

En Genbeta | Cómo denunciar fraudes en Internet y ciberestafas

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Si la pregunta es "qué hacer con 10.000 euros" la respuesta puede ser comprar un perro robótico que escupe fuego

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

Si la pregunta es

Imagina lo siguiente: te levantas una mañana y tienes 10.000 euros extra en el banco. Te han llovido del cielo, libres de impuestos, pa'ti pa'siempre. ¿Qué haces con ellos? Pues a ver, 10.000 euros no van a sacar a nadie de pobre, pero un capricho sí que te puedes dar. Podrías ir al restaurante más caro del mundo unas cuentas veces, comprar una casa prefabricada en Amazon, invertirlos en alguna cosa o, mejor todavía, comprar un perro robótico que escupe fuego con un nombre tan molón como...

Thermonator. Bromas aparte, este producto existe, es completamente real y se vende en Estados Unidos. No es que se venda, es que cualquier persona lo puede comprar. Este peculiar perro robot que parece una racha de bajas de 'Call of Duty' se anunció el año pasado y ahora se ha puesto a la venta por 9.420 dólares, unos 8.840 euros al cambio. No es que sea barato, pero no es tan caro como el Spot de Boston Dynamics, que asciende a más de 60.000 euros la unidad. Y bueno, no escupe un enorme chorro de fuego letal a una distancia peligrosamente alta.

Quién está detrás. La compañía Throwflame, una empresa con sede en Ohio especializada, como su propio nombre indica, en lanzallamas. En Estados Unidos, los lanzallamas son herramientas no reguladas a nivel federal y la ATF (Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos) no las considera armas de fuego (curiosamente). Hasta se pueden usar sin licencia. Hay excepciones, como en California, donde sí se necesita una licencia para lanzallamas con un rango de tres metros o más; o Maryland, donde sí son considerados "dispositivos destructivos" y se pueden poseer con licencia.

Hablemos del perro. El Thermonator se trata de un robot cuadrúpedo que se puede controlar de forma remota. Tiene un peso de cerca de 12 kilos y dispone de mapeo LiDAR, navegación FPV (punto de vista), mirilla láser, capacidad para salvar obstáculos, una batería con hasta una hora de autonomía, WiFi y Bluetooth. No se especifica si puede funcionar de forma autónoma. Lo que sí se especifica es que, sobre su espalda, el perro monta un lanzallamas Arc.

Thermonator | Imagen: Throwflame Thermonator | Imagen: Throwflame
Thermonator | Imagen: Throwflame Thermonator | Imagen: Throwflame

Una máquina de escupir fuego. El lanzallamas Arc está hecho de aluminio y es capaz de disparar un chorro de fuego a un máximo de nueve metros de distancia con solo pulsar un botón. Funciona gracias a una batería con 45 minutos de autonomía y se puede colocar sobre un perro robot, un trípode o un rifle de asalto. Esto lo dicen así en la propia web de la compañía, por cierto. En cuanto al combustible, se puede usar tanto diésel como gasolina.

Thermonator | Imagen: Throwflame Thermonator | Imagen: Throwflame
Thermonator | Imagen: Throwflame Thermonator | Imagen: Throwflame

Para qué. Es una excelente pregunta. Según Throwflame, Thermonator está preparado para, y citamos textualmente, "control y prevención de incendios forestales", "gestión agrícola", "conservación ecológica", "eliminación de nieve y hielo" y "entretenimiento y efectos especiales". A nivel profesional puede tener varios usos interesantes, pero la realidad es que no es complicado imaginar un escenario en el que el uso del Thermonator a nivel usuario acaba regular. Un incendio forestal, por ejemplo.

Imágenes | Throwflame

En Xataka | Las flechas incendiarias son el arma favorita de las ficciones medievales. En realidad no servían para nada

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"Hay un 60% de posibilidades de que viaje a la Luna": hablamos con Pablo Álvarez, el primer astronauta español desde Pedro Duque

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

Me pasaron varias cosas memorables intentando entrevistar a Pablo Álvarez, el primer astronauta español desde Pedro Duque. La primera fue que rellené mal el formulario de la Agencia Espacial Europea (ESA) y solicité una entrevista para el 22 de marzo, una fecha del pasado, en lugar del 22 de abril, el día de su graduación. Incapaz de completar con éxito la prueba cognitiva de saber en qué día vivo, pensé que había perdido mi oportunidad cuando Pablo me escribió.

Recién llegado de su primer vuelo parabólico, a tres días de graduarse como astronauta, Pablo Álvarez me preguntó si hacíamos la entrevista al final. Le expliqué la situación. "No te preocupes", dijo. Y a los cinco minutos recibí una confirmación de la ESA.

Lo segundo que me voló la cabeza fue el hecho de que Pablo me conociera. Es un friki del espacio y la tecnología, quizá el mayor friki de su promoción. Lee nuestros artículos de Xataka (me recriminó entre risas haberlo mencionado en octubre de 2023 en un post sobre practicar sexo en el espacio), y también escucha mi pequeño pódcast de exploración espacial y otro que hago sobre inteligencia artificial.

Hablamos por videollamada durante una hora, probablemente más de lo que su agenda permite, y solo me sacó momentáneamente de la conversación el hecho de que mis vecinos empezaran a discutir a grito pelado junto a mi ventana porque uno había cerrado la llave general del agua para solucionar una avería en su casa.

Los gritos empezaron a filtrarse por el micrófono mientras el astronauta contestaba a mis preguntas y, aunque me puse rojo de la vergüenza, pensé que esto era un síntoma de que España volvía a tener un astronauta. Quizá el primero que en la historia que vaya a la Luna.

De Pablo el friki del espacio a Pablo el astronauta

El astronauta Pablo Álvarez durante una entrevista Pablo me enseña un "helado caliente" para astronautas

Pablo, está demostrado que eres una de las personas más preparadas de España. La ESA ha certificado que tienes la capacidad de tomar decisiones con seguridad y precisión, aunque sean urgentes y estés bajo mucho presión. Tienes en tus manos cerrar el debate para siempre. La tortilla de patatas, ¿con cebolla o sin cebolla?

Con cebolla.

Y la primera que va a salir al espacio como representación del planeta va a ser con cebolla, seguro.

Le conté a un amigo de León que te iba a entrevistar y me dijo: "pregúntale si tiene familia en la Omaña y si conoce a tal...". No te voy a hacer esa pregunta, pero ¿crees que una nueva generación de españoles se va a sentir más cerca del espacio gracias a ti, como te pasó a ti con Pedro Duque? ¿Qué te gustaría inspirar en ellos?

Espero que sí, que esto sirva para inspirar a mucha gente, y además también está Sara como reservista, que es un ejemplo perfecto para tantas personas. Somos un chico y una chica, ella es científica, yo soy ingeniero, lo que da a entender que se puede llegar a ser astronauta desde muchas carreras distintas. Espero, primero, que no pasen 30 años hasta la próxima selección de un nuevo astronauta o una nueva astronauta española. Y que sirvamos de inspiración por lo menos para que se apunte y crea en ese sueño y esa motivación.

¿Es un problema estar a la altura de la imagen que tenemos de los astronautas? Has conocido a muchos astronautas en este proceso, ¿alguno te ha advertido de que este "poder" nuevo que tienes te puede acabar pasando factura en lo personal?

Sí. De hecho, es de las primeras cosas que te advierten. En el proceso de selección estoy convencido de que hubo preguntas que iban enfocadas a intentar encontrar una persona que pudiera aguantar esta presión y no cambiara por lo que pudiera vivir como astronauta. Para mí, uno de los mayores miedos es que todo esto me lleve a cambiar como persona, pero desde el día que me anunciaron como astronauta sigo siendo el mismo. Todo el mundo te pone la capa de superhéroe de repente y parece que eres capaz de cualquier cosa, y no es así, muchas veces me equivoco y comento errores. Al final nos han elegido no por ser genios ni por ser muy buenos en alguna cosa en concreto: en todas las pruebas teníamos que estar por encima de la media, en todo, pero con rozar el listón ya valía.

¿Recuerdas algún profesor que te marcara de joven y que ahora, mirando atrás, sepas que es parte de lo que te ha traído hasta aquí?

Recuerdo a muchos profesores que tenían pasión por enseñar, que de verdad se preocupaban y se desvivían por enseñar. Me acuerdo de un profesor de lengua buenísimo que tuve. He tenido uno de biología, Antonio, buenísimo también. Y me acuerdo de mi profesora de tercero de primaria, mira que era pequeñito, pero tenía mucha confianza en mí, te daba pie a equivocarte, a aprender, a experimentar, y sí que lo recuerdo con mucho cariño.

¿Y unos dibujos animados?

He sido un poco friki. He crecido con Star Wars, he crecido con mis Lego espaciales, que es un hobby que además se puede seguir haciendo de adulto, como seguro que muchos estamos haciendo.

¿Crees que ser un friki del espacio te ayudó en el proceso?

Yo creía que me había ayudado. Además, había trabajado también para la ESA en el ExoMass Rover desde Airbus. Pero luego me he dado cuenta de que, de los cinco que nos hemos graduado, yo era el único friki del espacio. Entonces me ayudó, pero tampoco era algo necesario.

A un proceso de astronautas se apuntan muchos frikis del espacio, muchísimos, y había una pregunta de la ESA al final del proceso que era: "¿qué cosas son más importantes para ti que ser astronauta?" Y como dijeras que nada era más importante para ti que ser astronauta, no eras el perfil que buscaban.

¿Qué contestaste?

Yo dije que mi familia, mis amigos y mi propia felicidad. Que si en los infinitos tests psicológicos que me habían hecho les salía que iba a ser un miserable, que me echaran, por favor.

Una casualidad llamada Sara García Alonso y un truco para memorizar 100 números

Pablo Álvarez junto a sus compañeros astronautas antes de un vuelo parabólico Pablo Álvarez junto a sus compañeros astronautas antes de un vuelo parabólico

¿Qué tiene la Universidad de León para que tanto Sara García Alonso como Pablo Álvarez Fernández salieran de allí? Dime el secreto y voy a la Universidad de Málaga y les digo: mira, me ha dicho Pablo que si queréis dos astronautas dentro de 20 años, tenéis que hacer esto.

Seguro que tiene que haber mimbres y que tienen que haber hecho las cosas bien. Tiene que haber un buen nivel para conseguir eso, pero no deja de ser una casualidad infinita que los dos seamos de allí, que hayamos estudiado en la misma universidad, que nuestros colegios estén a 10 metros de distancia el uno del otro. Desde mi valla yo veía la de su colegio y nos cruzaríamos mil veces. Es una casualidad infinita.

También el hecho de que los dos seamos de León y nos conociéramos durante el proceso de selección, bueno... Siempre intentamos echarnos una mano el uno al otro, y apoyarnos. Quizá le pude aportar a Sara esa parte espacial, ese conocimiento. Ella venía de un mundo totalmente distinto. Y ella a mí la parte científica y su forma de expresarse, que es buenísima.

Has contado que Sara y tú compartís muchas cosas por WhatsApp, como las propuestas locas que os llegan. ¿Algún ejemplo?

Me ha llegado desde participar en Masterchef, un anuncio de leche que le dijeron a mi madre a ver si quería hacerlo. Y yo, claro, como empleado de la ESA no puedo anunciar nada, menos cuando vaya a la Estación Espacial Internacional (ISS). Hay un código de conducta que no nos permite anunciar absolutamente nada.

¿Llevas tú tus redes sociales? ¿Tienes pensado hacer algo espacial cuando vayas al espacio?

Sí, estoy haciendo una lista de experimentos o cosas que me gustaría hacer en el espacio. Vídeos de cosas con la microgravedad, desde tener una bola de café flotando con su espuma hasta el efecto Dzhanibekov, cuando tiene algo con forma de T con el segundo eje de inercia muy distinto de los otros dos, que hace un movimiento supercurioso.

Las redes sociales las llevo yo, aunque no había tenido redes sociales jamás de los jamases y tampoco tenemos mucho tiempo, así que voy informando de lo que puedo, intentando no equivocarme mucho por el camino, que a veces me siento un poco torpe todavía.

**¿Sigues viendo películas del espacio? ¿Te emocionan más que antes, te dan más miedo las que tienen un factor de terror?

Hace poco empecé a ver Gravity y, con toda la basura espacial ahí al principio, la apagué. Dije: a ver, sí, puede haber un problema de una reacción en cadena que genere algo así, pero nunca va a ser como lo enseñan en la película. Me cabreé y la apagué. Y sí, de alguna forma me toca un poquito más la patata ver películas del espacio.

Hace poco fue Sara al podcast de Jordi Wild y gustó mucho porque entró en detalles sobre el proceso de selección. ¿Cuál es la primera prueba de aquel intenso proceso que se te pasa ahora por la cabeza?

Me acuerdo de una prueba de memoria que te sacaban cuatro números de dos cifras y al lado de cada número un dibujo de alguna cosa. Luego te mostraban dibujos anteriores que te habían mostrado y tenías que decir el número que estaba al lado de ese dibujo mientras te sacaban nuevos dibujos con nuevos números que luego te preguntaban.

Lo difícil era seguir memorizando cosas nuevas y, para eso, para prepararla, estuve mirando trucos de memorización, y asocié los 100 primeros números a personas o a cosas que me eran familiares. El 11 era mi padre, el 68 era mi jefe y el 90 era mi amigo Alberto. Entonces te montabas una historia. Si salía un balón al lado de mi padre, pues mi padre jugando al fútbol. O si salía un triángulo al lado de mi jefe, pues me imaginaba que eso era un sombrero.

Y cuando uno salía primero de este tipo de pruebas, ¿le soplaba al otro cuáles eran las pruebas, o no?

No porque firmábamos un NDA y no se podía no se podía decir nada. Igual dabas alguna pista: mírate esto, no te preocupes de esto otro. Pero esto fue la primera fase. La segunda eran entrevistas y un poco más personalizado, me gustaba más la parte psicológica.

Cómo son unas oposiciones de astronauta

El astronauta Pablo Álvarez durante una entrevista Pablo me enseña un cuadrante con todas sus asignaturas

¿Por qué se llama The Hoppers ("Los Saltarines") esta nueva generación de astronautas de la ESA?

Porque llevamos un año aquí en el Centro Europeo de Astronautas con un horario que no te puedes imaginar, con clases en un ala, luego en otra, yendo para la piscina, corriendo para el gimnasio. Entonces los que nos han visto pegando saltitos o 'hopping around' nos han llamado así.

Y luego porque mantenemos la esperanza de algún día pegar nuestros saltitos en la Luna también.

Te acabas de graduar como astronauta de carrera después de una formación de un año en Colonia. ¿Ha sido duro o lo has disfrutado?

Las dos cosas. Un sí muy grande a las dos cosas. Es duro. Mira, tengo aquí un diploma que nos dieron ayer. En la parte de atrás vienen todas las asignaturas que hemos tenido, todas las materias que hemos estudiado. Todo eso son materias (muestra un cuadrante interminable de cosas).

Ley espacial, ciencia de los materiales, astronomía, astrofísica, factores humanos, un curso de la ISS con todos los sistemas que te puedas imaginar, ciencias de la Tierra, ingeniería aeroespacial, seguridad en vuelos tripulados, nutrición. Hemos tenido psicología, medicina, educación también, para ver cómo hablar con los niños, entrenamiento de medios y de presentación. El entrenamiento de actividades extraveculares en la piscina. Y hemos tenido dos meses de ruso.

¿Os ponían notas? ¿Había alumnos aventajados?

Hay notas. No en todo, pero sí que hemos tenido algunos exámenes. Hemos tenido un examen final en el que entraba todo, como si estuviéramos en la universidad. También se evalúa el rendimiento de las actividades extravehiculares. Hemos entrenado también. Hemos hecho la primera fase del brazo robótico, del Canadarm de la ISS. Y sí que se te evalúa luego, pero si suspendes no te van a echar, te van a dar más clases para superarlo.

Estás aquí después de superar una criba de 22.500 personas, ¿en algún momento has sentido síndrome del impostor?

Enorme. Continuamente, Matías. Sí, sí, sí. Porque de verdad que yo siempre me he considerado una persona muy normal, no me considero un genio en absolutamente nada y de repente te ves aquí, llegas el primer día al trabajo y estás con Thomas Pesquet, con Alex Gerst y otros astronautas superexperimentados. O llegas a Houston y de repente estás cenando con la próxima tripulación de Artemis II. He conocido gente que ha hecho misiones del transbordador espacial para reparar el Hubble.

Thomas Pesquet, que es astronauta y fue al espacio, pero el otro día pilotaba el avión en el que hicisteis un vuelo parabólico.

Sí, sí. O hablas con Alex Gers. Cuando hicimos el entrenamiento de supervivencia en invierno íbamos con nuestra moto de nieve para subir, porque no podíamos subir de otra forma con todo el equipo, y le pregunté: bueno, pero tú esto lo has pilotado antes, ¿no? Y dice: yo he vivido dos años en la Antártida. He estado en cinco o seis misiones distintas.

En el entrenamiento de supervivencia nos quitaron los móviles desde el principio y cualquier GPS. Cualquier cosa que tuviéramos moderna, nos la quitaban. Y lo bueno cuando no tienes el móvil y estás con otra gente por la noche, pues hay que hablar, conocer a las personas. Fue muy bonito y volvimos mucho más unidos.

¿La asignatura más difícil?

Las actividades extravehiculares. En Europa no tenemos el traje que tiene en Estados Unidos, tenemos una especie de réplica que es igualmente incómoda, pero cuando te pones los guantes, el casco, la máscara, todas las herramientas que llevas por delante, el taladro que llevas aquí, la línea de seguridad que tienes que ir tirando... Te das cuenta de lo fácil que es enredarte, tienes que coordinarte con tu compañero para ver cómo te trasladas. Tienes tan poca visibilidad, tan poca movilidad y es tan cansado que es casi como si tuvieras el 50% del cerebro ocupado. Es muy muy difícil, mucho más difícil de lo que esperaba.

¿Puede hacerlo una persona con una condición física normal?

Te exigen un volumen de oxígeno mínimo, y cuando subes a la ISS eso baja. Antes de salir, te haces la prueba para ver que sigues estando por encima de ese nivel. No diría que cualquier persona pueda hacer una actividad extravehicular, pero cualquier persona sana, activa y en buen estado de forma sí. Diría que el 25% de la población podría hacerla, más o menos.

Sigo en el Crossfit entonces.

Sigue con el Crossfit porque el antebrazo, los dedos y las manos son importantes.

¿Y la centrifugadora te dio más o menos ganas de subirte a un cohete?

Me dio más ganas. Es una experiencia muy curiosa. Además, tú te montas, cierras y te hacen la cuenta atrás como si estuvieras en un cohete de verdad. Cuando eso se pone a funcionar, tú lo que notas es la potencia que tendría un cohete y te puedes imaginar a ti mismo saliendo hacia arriba. Estuvimos casi 15 minutos. Simulamos un lanzamiento estándar, una reentrada estándar. Tenías picos de aceleración cada vez que se desplegaba el paracaídas en la reentrada, aterrizabas, etc.

Nos hicieron la entrada balística más leve que podían hacer, que son 6G. En realidad, llegaremos a 8 o 9 y... te puedes imaginar. La próxima vez ya nos meterán un poquito más de aceleración. Te cuesta respirar porque aprieta mucho. Intentamos mover los brazos un poco también. En la Soyuz por ejemplo llevaban un palo para operar los botones.

Es como cuando Goku entrenaba subiendo los Gs, después se sentía superágil.

Lo curioso, esto no lo sabe mucha gente, es que cuando la centrifugadora frena, cuando desaceleras, eso es lo más complicado. Porque tu sistema vestibular, de estar dando vueltas, se vuelve completamente loco y te parece que se ha salido del eje y estás dando volteretas hacia adelante sin parar.

¿Parecido al vuelo parabólico o nada que ver?

No, no, el vuelo no, la sensación de mareo es completamente distinta. Además, cuando acabas la centrifugadora, está mal decirlo, pero es como si te hubieras pasado con las cerves y estuvieras subiendo unas escaleras. Es una sensación muy parecida. El vuelo parabólico es un mareo... de montarte en un barco.

Y ahora qué

El astronauta Pablo Álvarez durante una entrevista El astronauta Pablo Álvarez y su sonrisa perenne

¿Se da por hecho que vais a volar en una Crew Dragon de SpaceX a la ISS, o están abiertas todas las posibilidades? ¿Podéis llegar a ir a la Estación Espacial China, por ejemplo?

De momento, no hay colaboración con la Agencia Espacial China para vuelos tripulados. En el pasado hubo algún acercamiento y sí que algún compañero hizo algo. Hubo alguna delegación china aquí, algún compañero estuvo en China. Pero a día de hoy no hay nada de nada, y la Soyuz de momento está completamente descartada.   día de hoy lo que se está valorando desde Europa es la Crew Dragon o Starliner, a ver cómo le va ahora en mayo (se acerca el primer vuelo tripulado de la nave espacial de Boeing).

¿Qué opinas de los viajes de turismo espacial de millonarios a la Estación Espacial Internacional?

Lo bueno de todas estas empresas de nuevo espacio es que también producen oportunidades nuevas. Por ejemplo, Axiom, la primera vez que subió, aunque subió a gente con dinero, sí que tenía un programa científico detrás, se pueden mirar los experimentos que hicieron. Pero en Axiom 3 subió un compañero de promoción mío, Marcus Wandt, que es de Suecia, y tuvo una misión de dos semanas puramente científica.

Pudo subir porque solo se entrenó para hacer experimentos. No podía hacer ningún tipo de mantenimiento, ni actividades extraviculares, ni entrar en el segmento ruso si no iba escoltado por un cosmonauta. Las cosas que llevan más tiempo, digamos, que se sacan de esa formación. Yo creo que si el desarrollo tecnológico que aportan las empresas privadas se aprovecha y se utiliza bien, al final va a apoyar el desarrollo técnico-científico, que es lo que buscamos los astronautas profesionales.

¿Tú crees que te subirás antes a una Starship o a un Miura?

Creo que es más probable una Starship porque el Miura habría que certificarlo para vuelos tripulados y llevará unos años. Ojalá me equivoque. Sería genial subirse a un Miura. Vi en directo el lanzamiento del Miura 1. Muy emocionante. Conociendo la historia de PLD Space, de dónde venían, cómo habían empezado, es verlo volar y que todo saliera tan, tan bien. De alguna forma te estás jugando todo a que esos lanzamientos vayan bien. Sobre todo los primeros, con toda la expectación que se genera, toda la inversión que ha habido. Y no tienes muchas segundas oportunidades.

No sería lo mismo un fallo de un lanzamiento de desarrollo de SpaceX, que todo el mundo está esperando eso y sabes que hay más dinero detrás y al final es la forma de desarrollarlo a diferencia de la forma que tenemos en Europa de desarrollar estas cosas, que parece que si no funciona a la primera es un fracaso estrepitoso y no puedes hacerlo. Así que me alegré muchísimo de que fuera tan bien. Al final eso va a hacer que tengan financiación suficiente para seguir los próximos años.

Sabemos que hasta 2026, como mínimo, no vuelas. Aunque también sabemos que todos los astronautas de tu promoción volarán antes de 2030. ¿A qué te vas a dedicar mientras tanto?

Seguimos entrenándonos. Vamos a hacer entrenamiento en Houston, una parte específica de sistemas de la ISS. Cada sistema tiene tres niveles: puedes estar cerca o pasar a ese módulo, puedes hacer las tareas más complicadas, puedes repararlo. Entonces, siempre hay más cursos sobre esos sistemas para ser lo más avanzado posible.

Luego, la parte de actividades extravehiculares, de paseos espaciales, que también lleva mucho tiempo. Cada entrenamiento lleva semanas de preparación. Es una coreografía muy ensayada y tienes que saber qué hacer en cada momento. Además tengo que ir allí a que me prueben el traje. Hay tres tallas de traje para el torso, y todas las demás partes son acoples que se hacen casi a tu medida. Puedes necesitar dos o tres segmentos de brazo dependiendo de cuánto te midan los guantes, aunque si tienes la suerte de tener una mano del tamaño de un astronauta que ya ha tenido esos guantes antes que tú, pues te dan los guantes con el nombre del astronauta que sea.

Tengo que aprender a pilotar aviones, por esa experiencia más operativa. Y formarme para trabajar en control de misión. No para la formación y haré algo más de divulgación.

¿Qué es lo que más me apetece hacer en el espacio?

Salir a la cúpula, mirar abajo. Eso es lo primero. Pero una vez que esté ahí, dentro de la estación espacial, quiero salir fuera, quiero hacer una actividad extravehicular. Eso es la NBA de los astronautas.

Dijiste que no irías a Marte si fuera una misión sin billete de vuelta.

Tienes que tener retorno. Yo creo que un viaje no es un viaje si no vuelves a tu casa. Eso es otra cosa. Tienes que tener eso asegurado. Pero creo que a día de hoy, con todos los recursos que necesitaríamos para mantener una pequeña colonia en Marte, con la tecnología que tenemos hoy en día, con los 26 meses de espera entre ventanas de lanzamiento para cualquier imprevisto, todo el tiempo que tardarían en llegar allí los recursos, cualquier fallo... sería casi una misión suicida.

El español-estadounidense Michael López-Alegría se retiró como astronauta de la NASA, pero sigue volando a la ISS como comandante de las misiones de Axiom a sus 65 años. ¿A qué edad se jubila un astronauta? ¿Preocupan las secuelas físicas?

Tengo muchas ganas de conocerlo, pero este año ha estado muy liado con la misión Axiom 3, no coincidimos en Houston. Creo que el astronauta más anciano, si no cuentas vuelos suborbitales, fue John Glenn, que voló con Pedro Duque en el 98, creo que a los 77 años.

Hay muchas secuelas físicas que preocupan. En los primeros días de estar en la ISS, lo primero que tienes es que los líquidos, incluida la sangre, se te acumulan en la parte de arriba del cuerpo porque no tienes la gravedad empujándolos hacia abajo. Así que cuando me veáis en la estación espacial y penséis que estoy muy gordo, es solo que tengo mucho líquido en la cabeza en ese momento. Pero luego los barorreceptores que tenemos para regular el líquido en el cuerpo están en la parte de arriba. Entonces, lo que piensa tu cuerpo es que te sobra líquido por todos los sitios y se deshace de hasta un litro y medio de sangre en las primeras semanas. Luego, en tu espalda, los discos de las vértebras se dilatan por la falta de gravedad y crecemos de media entre 6-7 centímetros, pero ahí me han dicho los doctores que ha habido algún caso de crecer hasta 14 centímetros. Pero te cambia también la forma en la que circula la sangre. Al no tener gravedad es más probable que haya un coágulo en algún sitio y por eso se nos monitoriza tanto.

Los músculos y los huesos, que es lo que más conocemos, de no usarlos atrofian y es muy importante que hagamos ejercicio todos los días. Hasta dos horas de ejercicio al día. Pero imagínate una lesión que te impida hacer ejercicio: te deterioraría los músculos y los huesos tan rápido que 30 días sin ejercitarte en el espacio haría que una reentrada fuera superpeligrosa, que pudieras romperte huesos, que pudieras fracturarte costillas...  Para un viaje a Marte de 950 días, una misión de ida y vuelta, más toda la estancia... cualquier lesión es un riesgo muy, muy grande.

La pregunta clásica, pero me parece muy importante. Un chaval sueña con ser astronauta, ¿qué es lo que Pablo Álvarez le recomienda?

Cualquier carrera científica vale. Puede ser médico, ingeniero, biotecnólogo, químico... cualquiera vale. Y cada vez estamos yendo más lejos de ese perfil de astronauta clásico que solo eran pilotos, porque a medida que nos adentramos más en el espacio, necesitamos tripulaciones más variadas con habilidades distintas. Y por eso cada día va a ser más importante tener esa formación científica. Una formación científica o técnica te va a dar un trabajo en el que vas a aprender algo nuevo cada día, que vas a disfrutar. Puedes trabajar en misiones muy guays, como mi trabajo de antes en ExoMars Rover. Yo estaba súper emocionado y me apasionaba tener esa oportunidad.

Y luego les diría que si quieren ser astronautas, que lo intenten, que es el primer paso. Si no lo intentas, no lo vas a conseguir nunca, así que hay que intentarlo. Y luego es esfuerzo, paciencia, perseverancia, un poquito de suerte y ya estaría.

¿Cómo ves el sector en España?

En los últimos años ha habido una tendencia muy buena. Yo veo muchos brotes verdes en el sector espacial en España, casi se ha doblado la aportación de España a la Agencia Espacial Europea en las últimas dos ministeriales (consejos de la ESA) y eso tiene como resultado que desde España estemos haciendo el LSTM, el primer satélite Copernicus hecho en España, o ARRAKIHS, que es la primera misión científica que se lidera desde España. Bueno, tenemos el caso de PLD y los Miura y muchísimas otras startups que también hay por España, además de las grandes empresas de Thales o Airbus que estaban ahí. Yo creo que se está generando un momento muy bueno para el sector espacial en España.

¿Cuánto cobra un astronauta?

Pues somos un funcionario más de la Agencia Espacial Europea. Está muy bien, no tengo ninguna queja, se nos compensa muy bien, pero si me hubiera contratado la Agencia Espacial Europea como ingeniero, cobraría lo mismo. Está clasificado en el A2-A4. Y ya está, no hay nada más.

Hay un 99% de probabilidad de que vayas a la ISS. ¿Cuánta hay de que vayas a la Luna y a Marte?

Te lo voy a bajar al 95%, porque al final cualquier enfermedad, cualquier lesión, cualquier cosa que desarrolles que sea incompatible con el vuelo, y ninguno está libre de eso, aunque nos hayan hecho miles de pruebas, te deja fuera. O una mala caída con la bici en la que te rompas la pierna de una mala manera. Entonces tienes que ponerlo en el 95%.

Orbitar la Luna, vamos, yo con que tenga un 1% de posibilidades de orbitarla voy a estar aquí porque son muchísimas posibilidades, pero viendo cómo se está desarrollando todo y para lo que nos están entrenando: 60%. Pisarla, eso es otra historia. Pisarla es muy complicado a nivel técnico, es muy difícil, es lo que todos los países quieren, es lo más simbólico: poner un astronauta con los pies en la luna. Por tanto hay más competencia.  Pero no voy a perder la esperanza y además viendo Starship... si de verdad eres capaz de poner tanta carga en el espacio con la seguridad que requiere, vamos a poner un 15%.

A Marte, te voy a poner un 1%.

Da igual, a mí me has dejado muy ilusionado con ese 60%.

Imágenes | ESA, Xataka

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Huawei vuelve a enfadar a Estados Unidos y la única solución para relajar las tensiones sería copiando a Apple

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

Huawei vuelve a enfadar a Estados Unidos y la única solución para relajar las tensiones sería copiando a Apple

El último lanzamiento del portátil de Huawei está dando mucho de qué hablar. No solo porque el MateBook X Pro aspira a ser más potente que el reciente MacBook Air M3 de Apple, sino también porque, dentro del veto de Estados Unidos a China, Huawei ha decidido contar con el último procesador de Intel en su portátil más profesional.

Si echamos la vista atrás, hasta el año 2018 Huawei hacía uso de los servicios de Google y tenía la Play Store. Fue a partir de ese año cuando todo se volvió mucho más difícil. Huawei tuvo que deshacerse de buena parte de Android y los servicios de Google. Por otro lado, las empresas estadounidenses tenían prohibido colaborar con empresas chinas.

¿Por qué Intel ha permitido que Huawei utilice su último procesador?

El Huawei MateBook X Pro lleva en su interior el Intel Core Ultra, el procesador más potente de Intel para esta gama de portátiles. Toda una bestia en un ordenador de menos de un kilo de peso. Eso ha llamado la atención, incluyendo a los legisladores republicanos de EEUU, ya que Intel estaría suministrando su última tecnología a una empresa china como Huawei. Algo similar sucedió con su último modelo de smartphone, el Mate 60 Pro, el cual también tenía componentes de Estados Unidos no autorizados.

Interior del Huawei MateBook X Pro con procesador Intel Interior del Huawei MateBook X Pro con procesador Intel

Sin embargo, existe una norma y licencia concedida exclusivamente a Intel, que sí le permite suministrar chips a China a pesar de las prohibiciones existentes. Es por ello que un buen número de estos legisladores están presionando a la administración Biden para revisar las políticas existentes y tomar medidas más estrictas hacia Huawei.

Huawei, a punto de quedarse sin procesadores Intel y con los ojos puestos en Apple

En el caso en el que haya un cambio legal en Estados Unidos, Huawei podría afrontar una nueva tanda de problemas al no poder equipar a sus ordenadores con procesadores Intel. Huawei ya dota a sus smartphones y tablets con sus propios procesadores, los llamados HiSilicon Kirin. ¿Serán los ordenadores su próximo paso?

Y es que Huawei tiene una historia muy similar a la de Apple, que también comenzó a hacer sus propios procesadores para el iPhone y el iPad, hasta el año 2020 que dio el salto a los Chip M para Mac.

Huawei Apple Silicon

Recientemente además, hemos conocido que Huawei recibirá una inversión directa del gobierno chino de cerca de ocho mil millones de yuanes para avanzar en la fabricación de chips, tecnología 5G e inteligencia artificial. Por lo que sí, tienen ya un plan B en marcha si Intel dejase de colaborar con ellos. Tanto es así, que incluso quieren deshacerse de los procesadores de Qualcomm que ya tienen para centrarse exclusivamente en los Kirin.

Si Huawei finalmente da el paso, Apple tendría otra razón para preocuparse más en China que se sumaría a las ventas realentizadas que ya tienen en su producto estrella, el iPhone. Además, al igual que Estados Unidos ha betado cualquier producto de Huawei, China podría llegar a hacer lo mismo con Apple si fuese necesario.

Este panorama sería algo más drástico, pero factible, a la vista están los servicios de Google. A día de hoy por ejemplo en China no se puede usar Google Maps, pero si Apple Maps. Y es que la compañía que dirige Tim Cook todavía goza de buena relación con el gigante asiático.

Y es que el MateBook X Pro ha vendido ya medio millón de unidades, y solamente se ha lanzado en China, a falta de un lanzamiento a nivel global. Con unas características como pantalla OLED, el último procesador de Intel, menos de un kilo de peso, todo por un precio al cambio de 1400 euros, se convierte en una alternativa real al MacBook Air dentro y fuera de China.

Desde Applesfera estaremos muy atentos a esta actualidad que nos afecta directamente a los usuarios de todo el mundo. Como por ejemplo el plan alternativo de Apple para fabricar en india si las relaciones con China se siguen complicando. 

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Un edificio de Vigo de ocho plantas y 15 familias lleva un año sin poder usar el ascensor. El motivo: una vecina que no paga

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

Un edificio de Vigo de ocho plantas y 15 familias lleva un año sin poder usar el ascensor. El motivo: una vecina que no paga

Visto por fuera el edificio 116 de la calle Urzaiz, en pleno centro de Vigo, es una construcción normal. Como las hay a cientos, sino a miles, en el resto de Galicia. Placas de granito, balcones y ventanas. Es de puertas adentro donde lleva meses cocinándose una situación tan curiosa que no desentonaría en las mejores páginas de Franz Kafka. Aunque el edificio tiene un ascensor, sus vecinos no pueden usarlo desde hace un año. Con las consiguientes molestias... y el consiguiente cabreo, teniendo en cuenta que el bloque tiene ocho plantas y en él viven ancianos.

Lo más llamativo del caso es por qué no pueden utilizarlo. Si nadie puede subirse a él desde el año pasado es —denuncian los residentes— porque una de las vecinas del bloque se niega a darle su visto bueno… y desembolsar su parte del pago.

El ascensor de Schrödinger. El del edificio del nº 116 de la calle Urzaiz, en pleno centro urbano de Vigo, es en cierto modo el ascensor de Schrödinger. Está. Y no está. La historia la avanzó hace unos días Faro de Vigo: el elevador funciona sin problemas, pero nadie desde hace un año puede montarse en él, así sea para subir o bajar plantas, carguen los residentes con bolsas de la compra o necesiten muletas para desplazarse. Y el motivo es sencillo, siempre según la versión que trasladan los vecinos al periódico gallego: una de las  propietarias se niega en redondo a asumir su parte de los pagos, lo que mantiene bloqueada la cabina.

Captura De Pantalla 2024 04 24 131111 Click en la imagen para ir al tweet.

"Simplemente porque no quiere". Para entender el problema hay que remontarse algo atrás en el tiempo, a cuando los vecinos contactaron con una empresa que se encargó de arreglar el ascensor, el único de un inmueble de ocho plantas en el que residen 15 familias. El técnico que se presentó dejó la instalación lista para su uso, pero desde entonces —y ha pasado ya tiempo— ninguno de los residentes del bloque ha podido subirse a él para llegar a su apartamento. 

Los afectados insisten en que ese bloqueo se explica por la postura de una sola de las propietarias, y recalcan que es así "simplemente porque no quiere" pagar.

De los rellanos... a los juzgados. El desencuentro es tan grave que ha ido más allá de los rellanos, las juntas de propietarios o las páginas de los diarios. Al no ser capaces de llegar a un acuerdo, los residentes han decidido recurrir a un abogado para que, de ser necesario, sus reclamaciones acaben en el juzgado. "Ya lo hemos contratado para que intermedie e intentar resolver una situación que provoca muchos problemas en la comunidad", confirma una de las afectadas.

Ocho pisos a pie. Para entender bien el problema hay que conocer las características del propio inmueble, un edificio de ocho plantas con un único ascensor y en el que residen 15 familias con diferentes características. En el bloque viven personas mayores e incluso una anciana de 80 años a la que operaron hace no mucho de una cadera. Una de las personas que vivía en los apartamentos de la parte alta del edificio habría hecho ya las maletas al encontrarse con problemas tan básicos como no poder llevar hasta su vivienda las bombonas de butano.

Radio Vigo aporta alguna pincelada más. Señala que todos los afectados son inquilinos y muchos no conocen siquiera a los dueños de sus apartamentos. La comunicación con la administradora se canalizaría además a través de las agencias inmobiliarias y el inmueble —explica a la emisora uno de sus vecinos— sufre otros problemas importantes, como humedades en el garaje o escasez de extintores. "Temen que estén intentando echarlos del edificio", concluye la cadena.

¿Qué dice la normativa?. En su artículo 9 la Ley de Propiedad Horizontal aclara que, entre otras obligaciones, los propietarios deben "contribuir, con arreglo a la cuota de participación fijada en el título o a lo especialmente establecido, a los gastos generales para el adecuado sostenimiento del inmueble, servicios, cargas y responsabilidades que no sean susceptibles de individualización". La misma ley establece que tienen "carácter obligatorio" ciertas obras, incluidas aquellas "necesarias para garantizar los ajustes razonables en accesibilidad".

Curioso sí; único, no. El de Vigo no es ni mucho menos el único caso de desencuentro entre vecinos por el pago del ascensor, lo que como en este caso puede derivar en la vía judicial. Tampoco es el único caso en el que esas diferencias han dado pie a situaciones kafkianas. Hace poco se viralizó un vídeo en el que un tiktoker muestra un elevador con un panel que solo muestra los números 0, 2, 4 y 7. Que falten los intermedios no es fruto de un error. "Primero, tercero y sexto no pagaron en su día para instalarlo. En su planta no hay puerta, hay una pared", aclara el autor de la grabación, que bromea: "¿No pagas? No hay puerta".

Imagen | Consorcio de la Zona Franca de Vigo (Wikipedia)

En Xataka | El Supremo acaba de prohibir a un vecino usar su trastero como garaje. Ha costado 17 años y tres sentencias decidirlo

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'Blackwater' es uno de los acontecimientos editoriales del momento: económico, superventas, adictivo y por entregas

Publicado el 24/04/2024 por Diario Tecnología Artículo original

'Blackwater' es uno de los acontecimientos editoriales del momento: económico, superventas, adictivo y por entregas

Hay muchos elementos sorprendentes en 'Blackwater' (más allá de su alambicada historia, propia de culebrón de gótico sureño con ramalazos fantásticos), que Blackie Books acaba de terminar de publicar en español y catalán, después de dos meses y pico. Sí, dos meses y pico porque 'Blackwater' se ha publicado por entregas, imitando el ritmo original de publicación en 1983. Esta serie, inédita hasta ahora en España, es obra de Michael McDowell, un escritor fallecido en 1999 con solo 49 años y que adquirió cierta relevancia al ser reivindicado por superventas como Stephen King.

Los seis tomos de los que consta 'Blackwater' se han ido publicando desde el 7 de febrero, cada quince días, hasta llegar al 17 de abril, momento de publicación del sexto y último. Los títulos de las distintas entregas son 'La riada', 'El dique', 'La casa', 'La guerra', 'La fortuna' y 'La lluvia', y son la perfecta muestra del carácter adictivo del lanzamiento: rápidamente se fueron encaramando en las listas de los libros más vendidos, y en apenas seis semanas la saga llevaba vendidos 50.000 ejemplares.

Hemos hablado con Jan Martí, editor de Blackie Books, para que nos cuente su visión del fenómeno y cómo se ha planificado: "El descubrimiento de la obra fue a través de un amigo editor francés (las alianzas internacionales entre editores independientes son muy fructuosas) que me contó por primera vez hace ya más de dos años que estaba leyendo esta novela por entregas de un autor al que idolatraba Stephen King, entre otros. En cuanto la leímos quedamos maravillados, y tuvimos la suerte de poder contratar sus derechos enseguida".

La idea de publicar en entregas es original del propio autor: "Para su publicación en una de esas colecciones de libros de bolsillo superventas, en el año 1983, exigió que se publicara en 6 volúmenes, uno cada mes, de manera parecida a los folletines del siglo XIX. Nosotros lo publicamos cada dos semanas en lugar de un mes, que nos parecía más adecuado por cómo se han acelerado los tiempos de consumo a partir del auge de las series". Y aquí desgrana una de las claves del éxito de 'Blackwater': "tiene un funcionamiento muy parecido al de una serie de HBO, por ejemplo 'Succession', tanto en su curva narrativa como en la manera en que se recibe y se 'consume' por la audiencia".

Martí nos cuenta que los lectores han entrado en 'Blackwater' de forma muy participativa: "Nada más salir el volumen 3 ya había un grupo de Telegram con trescientas personas comentando cada libro como si de una telenovela se tratara, poniendo el texto en modo borroso si hay espoilers, etc. Un poco lo que pasaba cuando llegaba una nueva entrega del Conde de Montecristo en el XIX, un poco lo que pasa cuando la gente comenta en Twitter el final de un capítulo de una serie". Y reconoce que McDowell tuvo una visión del sistema de publicación muy acertada: "La propuesta de McDowell es muy interesante, visionaria a muchos niveles"

Pero... ¿de qué va Blackwater?

Martí nos lo resume: "Es un viaje fascinante e inquietante a través de la historia de una familia, los Caskey, y de su trasfondo histórico (la historia de América, en el fondo), pero también es la historia (profunda, compleja, a veces terrorífica) de una mujer, Elinor Dammert, un personaje verdaderamente inolvidable. También es la historia de dos ríos, es impresionante cómo los ríos influyen en el destino de los personajes, del pueblo, de Elinor...".

Se trata de un argumento que da forma a una saga de seis libros que "habían quedado injustamente olvidados por formar parte de aquellas colecciones de paperbacks (libros baratos que se vendían en grandes cantidades en los setenta y ochenta) pero que en realidad esconde una novela compleja, profunda, muy bien escrita, y a la vez adictiva y para un público enorme".

Blackie Books ha pasado más de un año preparando esta colección que destaca también por el espectacular acabado de los volúmenes, con relieves y tintas especiales, y también por su precio económico, que hace que la idea de comprar un libro cada quince días sea factible. Dice Martí que su éxito se debe al impacto en todo tipo de públicos: "desde un lector más clásico acostumbrado a leer sagas familiares, a un público más de género que puede venir del terror, hasta públicos jovencísimos que siguen este tipo de libros a partir de redes sociales, pasando por lectores más 'elevados' que pueden apreciar la novela más desde un punto de vista literario".

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