Es más probable que te alcance un rayo a que te toque la lotería. Hasta que un economista rompió el juego ganando 14 veces

Publicado el 20/07/2025 por Diario Tecnología
Artículo original

Es más probable que te alcance un rayo a que te toque la lotería. Hasta que un economista rompió el juego ganando 14 veces

La lotería es más un acto de fe que cualquier otra cosa. No lo digo yo, lo dicen las matemáticas. De hecho, hay más probabilidades de que te caiga un rayo a que te conviertas de la noche a la mañana en millonario. Es posible que todo eso de igual, y que aun sabiendo que no nos va a tocar, sigamos jugando por sentirnos parte de algo. El problema es que hay leyendas que hablan de trucos y fórmulas para ganar.

Y luego está la historia de Stefan Mandel.

Una mente matemática. A mediados de los años noventa, mientras millones de personas en todo el mundo seguían persiguiendo el sueño improbable de hacerse millonarios gracias a un golpe de suerte, un economista rumano-australiano llamado Stefan Mandel logró burlar las reglas no escritas de la lotería aplicando, no magia ni superstición, sino un sistema de probabilidad elemental y una logística colosal.

El “truco”. Su fórmula era tan básica como radical: identificar aquellos sorteos en los que el premio acumulado superaba con creces el coste total de adquirir todos los boletos posibles. Al convertir un problema de azar en una operación matemática con retorno estadístico positivo, Mandel transformó el juego en una ecuación de rentabilidad.

Tras probar con éxito su sistema en su Rumanía natal y luego en Australia, Mandel perfeccionó su estrategia con ayuda de un equipo reducido, desarrollando algoritmos que generaban e imprimían millones de combinaciones válidas para loterías específicas.

El salto a Washington. El punto álgido de su odisea llegó cuando puso su mirada en Estados Unidos, donde detectó que la recién instaurada lotería de Virginia usaba solo 44 números, generando “apenas” 7.059.052 combinaciones posibles. Con el bote alcanzando los 15,5 millones de dólares, y tras haber preparado con antelación una red de inversores, impresoras y puntos de venta, Mandel activó su maquinaria.

Durante dos frenéticos días, su equipo logró comprar 6,4 millones de boletos. No alcanzaron el total deseado, pero entre la montaña de papel se encontraba el billete ganador. Aunque la hazaña desató una investigación por parte del FBI y la CIA, no se detectó violación legal alguna: su maniobra, aunque claramente al margen del espíritu del juego, no transgredía ninguna norma escrita en los reglamentos vigentes.

Los límites del azar. La clave del método de Mandel no estaba en trucos numéricos sofisticados, sino en detectar cuándo las condiciones del juego ofrecían una ventaja estructural.

De esta forma, su fórmula solo funcionaba cuando el premio triplicaba el coste de adquirir todas las combinaciones y cuando los sistemas de lotería permitían imprimir boletos directamente con combinaciones elegidas, una posibilidad que más tarde fue prohibida en muchos países precisamente por casos como el suyo.

Caballo ganador. En esencia, su estrategia convertía la lotería en una apuesta segura, siempre que se dispusiera de los recursos, el tiempo y la disciplina para ejecutar un plan de tal magnitud.

Sin embargo, el margen de beneficio no era inmediato: Mandel debía repartir las ganancias entre decenas de inversores y asumir costes operativos y legales considerables. Aun así, el sistema le permitió ganar 14 loterías a lo largo de varios años y amasar una considerable fortuna sin recurrir a trampas ni contactos privilegiados, solo a matemática aplicada con determinación implacable.

Legado y ocaso. Después de su última victoria significativa, Mandel se retiró a un paraíso en las islas Vanuatu, donde vive alejado de los focos mediáticos. Su historia, sin embargo, no solo desafía el mito de la suerte en los juegos de azar, sino que se ha convertido en una leyenda matemática que pone en evidencia los vacíos de diseño de muchos sistemas de lotería antes de su digitalización.

Hoy en día, con regulaciones más estrictas, límites en la compra de boletos y sistemas automatizados, replicar su modelo sería inviable. así todo, su hazaña permanece como una de las demostraciones más contundentes de cómo el ingenio humano, cuando se enfrenta al azar con inteligencia y rigor, puede alterar el equilibrio de lo improbable.

Imagen | Barcex

En Xataka | Todos sabemos que no nos va a tocar la Lotería. Da igual: jugamos por sentirnos parte de algo

En Xataka | El truco para evitar que Hacienda se quede con el 20% del premio de la Lotería tiene truco. Y se llama declaración de la renta

utm_campaign=20_Jul_2025"> Miguel Jorge .